Conoce la capital de Irlanda en 2 días
Lo primero que deben saber si visitan Dublin es que el centro de la capital de Irlanda está dividido por el río Liffey. El río separa la parte Norte de la parte Sur. En la parte Norte se encuentran los barrios que llevan el número impar, y en la Sur los pares.
Una de las ventajas que tiene Dublin es que el aeropuerto se encuentra a unos 11km del centro de la ciudad. Hay distintas opciones para llegar y aptas para todos los bolsillos.
Día 1:
¿Cómo ir del aeropuerto de Dublin al centro?
- Airlink 747. Es un autobús de la compañía Dublin Bus que cuesta €6 ida o €10 con la vuelta. Duración del trayecto: 20 minutos aprox. Horarios aquí.
- Aircoach. Es como el anterior pero con la ventaja de que funciona las 24 horas del día. El precio es de €7 ida (si se reserva online €6) o €10 con la vuelta. Duración del trayecto: 20 minutos aprox. Encontraran los horarios en este enlace.
- Bus de línea número 16 towards Ballinter (Via City Centre). Su precio es de €3,30 y la duración es de 30 minutos pudiendo aumentar en horas punta.
- Taxi. A la salida siempre hay muchos taxis. Te llevarán al centro de la ciudad por unos €20.
Una vez llegados al centro, es hora de dejar las maletas y empezar a patear la ciudad. Solo disponemos de dos días y hay que aprovechar! ¿Preparados para descubrir Dublin en 48 horas? Estamos seguros de que cuando finalice el viaje se habrán enamorado de la capital de la isla esmeralda.
Vamos a tomar como punto de partida el Spire, monumento gigante en forma de aguja situado en O’Connell Street, la calle principal y más famosa de Dublin. El Spire es el punto de encuentro de muchos de los habitantes de Dublin y tiene una altura aproximada de 120 metros. Justo al lado del Spire se encuentra el GPO (General Post Office). El GPO es la oficina general de correos y uno de los edificios más memorables del país. Se empezó a construir en agosto de 1814 y se terminó en enero de 1818. Además de su importancia arquitectónica y su papel como Oficina principal de Correos de Irlanda, el GPO es un lugar con especial importancia simbólica para los irlandeses. Fue la sede de todos aquellos hombres y mujeres que participaron en el Alzamiento de Pascua de abril de 1916 (Easter Monday, 1916). La rebelión terminó en fracaso causando muchas muertes y una gran destrucción (las columnas originales aún están salpicadas de marcas de bala que se produjeron durante el asalto de las fuerzas británicas) y esto condujo a la independencia de Irlanda y la creación de un nuevo Estado.
Desde el GPO nos vamos a dirigir hacia el sur, es decir, dirección hacia el río. Al final de la calle nos encontramos con el Monumento de O’Connell, obra de John Foley. Éste fue construido para conmemorar a Daniel O’Connell (1775-1847), “el Libertador”. El monumento consta de tres partes todas ellas coronadas por la figura de O’Connell en la punta. La base es de piedra y cuenta con 4 figuras de “ángeles” que representan el patriotismo, la fidelidad, el valor y la elocuencia. Se dice que eran las virtudes de O’Connell. Por encima de éstos podemos ver más figuras que representan los triunfos y trabajos de O’Connell.
Dejando el monumento atrás, tenemos enfrente al O’Connell Bridge (el puente de O’Connell) con el río Liffey por debajo. El puente es famoso por ser más ancho que largo, siendo de los pocos que hay en el mundo.
Cruzamos el puente y nos dirigimos hacia Westmoreland Street y seguiremos recto hasta llegar al final, dónde nos encontramos el famoso Trinity College. Hoy en día, el Trinity College, es conocido como una de las universidades con mayor prestigio de Europa. Cuando cruzas la puerta principal y accedes al patio interior parece que hayas entrado en otro mundo; sin el ruido de la calle, de los coches y los autobuses. El interior del Trinity College cuenta con varios edificios que merecen la pena contemplar, como la vieja librería y el museo. Les recomendamos entrar y verlo, pero si quieren visitar la biblioteca van a tener que pagar una entrada de 9€ por persona.
Saliendo del Trinity College seguiremos por Dame Street, calle ancha llena de taxis, autobuses, hoteles y restaurantes. Caminando unos 7 minutos llegaremos al City Hall (a mano izquierda), antiguo ayuntamiento de Dublin y claro ejemplo de la arquitectura georgiana. Fue construido entre el 1769 y el 1779 y una visita de su sala principal es obligatoria.
Justo al lado del City Hall tenemos el castillo de Dublin (Dublin Castle) que fue construido en el año 1204 y ha jugado un papel muy destacado en la historia de Irlanda. Tiene una superficie de 44.000 metros cuadrados compuestos por 2 museos, 2 cafeterías, un centro internacional de conferencias, 2 jardines, edificios gubernamentales y las oficinas del Estado, que son las salas estatales más importantes del país. Se ofrecen visitas guiadas.
Al salir del Castillo volvemos de nuevo a Dame Street. Tomando la misma dirección por la que veníamos, giraremos a la derecha por South Great George’s Street.
Si les ha dado hambre, por esa zona encontraran infinidad de restaurantes.
En esta misma calle, a unos 200 metros del inicio, encontraremos a mano izquierda the George Arcade Market (1881), un pequeño centro comercial – mercado situado en un edificio de estilo victoriano que cuenta con peculiares tiendas de ropa, joyas, música, artículos coleccionables, comida y mucho más. Cruzaremos el centro comercial e iremos a parar a una corta calle llena de restaurantes y siempre repleta de gente que nos llevará a las puertas de Powerscourt Town Centre, otro centro comercial que, de nuevo, cruzaremos por su interior. El centro comercial tiene tiendas, restaurantes e incluso una galería de arte en la parte superior, pero lo que más llama la atención de él es su decoración y estilo. Merece cruzarlo y contemplarlo.
Al salir por el otro lado continuaremos por un callejón muy estrecho que nos llevará a la famosa Grafton Street, calle de compras por excelencia. Esta calle alberga las tiendas más exclusivas de Dublin y los grandes almacenes Brown Thomas. Girando a la derecha desde el callejón y continuando hasta el final de la calle, llegando a St Stephen’s Green.
St. Stephen’s Green es un parque que se encuentra en el corazón de Dublin y es, sin duda, el rincón favorito de los locales para tomar el sol (cuando sale). La entrada principal está presidida por el Fusilier’s Arch, erigido en memoria de los fusileros dublineses que murieron en la guerra de los Boers. Hasta el 1663 la zona se encontraba a las afueras de la ciudad y se utilizaba para llevar a pastar al ganado. Fue en 1664 cuando el gobierno decidió construir un parque y a su alrededor se construyeron edificios de estilo georgiano que atrajeron a la alta sociedad. Los jardines fueron rediseñados en el siglo XIX con un estilo victoriano que conservan en la actualidad. El terreno, de forma rectangular, ocupa aproximadamente 9 hectáreas, en las cuáles se puede ver un precioso estanque habitado por gaviotas y cisnes. El parque también cuenta con zonas arboladas bajo las que cobijarse, una fuente central y algunos monumentos en honor a importantes personajes irlandeses.
Saldremos del parque y girando a la derecha buscaremos la calle Merrion Street. Esta nos llevará a otro parque que lleva su mismo nombre: Merrion Square Park. El parque en sí no tiene mucho por ver, quizás la figura de Oscar Wilde (Dublín 1854 – París 1900) es uno de los mayores atractivos. Wilde fue escritor, poeta y dramaturgo irlandés y considerado, también, como uno de los dramaturgos más destacados del Londres victoriano tardío; además, fue una celebridad de la época debido a su gran y aguzado ingenio. Hoy en día, es recordado por sus epigramas, sus obras de teatro y la tragedia de su encarcelamiento, seguida de su temprana muerte.
Enfrente de Merrion Square Park se alza un precioso edificio: el Museo Nacional de Historia Natural de Irlanda. Inaugurado en 1857, éste es el edificio más antiguo que se construyó en Irlanda para destinarlo a un museo. Edificio de estilo victoriano de los pocos que quedan en el mundo, el museo es el hogar de una gran variedad de animales, muchos de los cuales están en peligro de extinción o extinguidos. La entrada es libre.
Al final de la calle giraremos a la izquierda tomando Clare Street – Nassau Street que nos llevará de nuevo al principio de Grafton Street. Siguiendo recto por Suffolk Street llegaremos a la famosa Molly Malone. Ésta se encuentra delante de una iglesia que a día de hoy es la Oficina General de Turismo. Molly Malone es uno de los símbolos de la ciudad, personaje imaginario dublinés inmortalizado en lo que de alguna manera se ha convertido en el himno extraoficial de Dublín, cuya letra se lee en la placa del monumento, y cuya música se oye por las calles y pubs de la ciudad. Además de la estatua, Molly Malone, conocida también como Cockles and Mussels (Berberechos y mejillones), es una canción popular de Irlanda. Fue compuesta alrededor de 1880 por James Yorkston y se ha convertido en una verdadera leyenda urbana. De manera afectiva y coloquial suelen llamarla como The tart with the cart (La golfa con el carro). La canción cuenta la historia de una hermosa pescadera llamada Molly Malone que murió de una fiebre en plena calle. La muchacha iba por las tortuosas calles de la zona portuaria de Dublín, empujando un carro y pregonando ¡Mejillones y berberechos vivos! Sin embargo no existe evidencia de que tal personaje existiese en el siglo XVII ni en ningún otro momento. Típicamente se la representa como una tendera de día y una prostituta de noche. ¡Tocarle los pechos dicen que da buena suerte!
Ya hemos caminado mucho y ahora toca relajarnos. Lo que queda de día les recomendamos ir a tomar unas pintas alrededor de Grafton Street. Mañana descubriremos otros de los sitios más turísticos y el famoso barrio de Temple Bar.
Día 2:
Amanece en Dublin y es hora de despertarse. Pilas cargadas de nuevo y dispuestos a seguir disfrutando de esta ciudad mágica.
Si volvemos al punto inicial, el Spire, veremos que en el lado del GPO hay una calle ancha peatonal. Nos encontramos en Henry Street. Henry Street es una calle repleta de tiendas que cuenta con dos grandes almacenes (Arnotts y Debenhams) y dos centros comerciales (Jervis e Ilac). En una travesía de ésta calle, en Moore Street, hay un mercado callejero de lunes a viernes de frutas, verduras y flores.
Si quieren llegar hasta el final de Henry Street encontraran a The Church Bar, considerado uno de los bares-restaurantes más populares de Dublín y situado dentro de la antigua iglesia St. Mary’s. Disfrutar de la belleza de su vidriera de colores y del original órgano Renatus Harris, o visitar las criptas en el sótano son unos de los principales alicientes para darse cuenta del porqué The Church se ha establecido como una de las principales atracciones turísticas del centro de la ciudad.
Antes de llegar a The Church Bar nos encontramos Liffey Street Upper, por donde giraremos y nos dirigiremos hacia el río. El rió lo cruzaremos por el puente más famoso de Dublin: Ha Penny Bridge. Ha Penny Bridge fue construido en 1816 a partir de hierro fundido y, al ser el único puente peatonal que había, se tenía que pagar medio penique como si fuera un peaje. Es uno de los puentes peatonales más transitados y emblemáticos de la ciudad; más de 20.000 personas lo atraviesan cada día.
Al cruzar el puente llegamos directo a Merchant’s Arch que nos adentra en la zona más famosa de la ciudad: Temple Bar, donde en sus calles estrechas y adoquinadas se encuentran algunas de las mejores noches de Dublín, restaurantes y tiendas insólitas. Es uno de los barrios más antiguos y carismáticos de la capital y hoy en día disfruta de la mayor parte de la actividad cultural de la ciudad. Debe su nombre a Sir William Temple quien adquirió los terrenos en el año 1600. A partir de 1800 comenzaron a instalarse pequeñas empresas en la zona pero el barrio se encontraba en pleno declive y los terrenos fueron adquiridos para la construcción de una estación de autobuses. Finalmente el proyecto fue abandonado y los artistas y comerciantes decidieron permanecer en la zona. A partir de 1991, Temple Bar empezó a transformarse en un lugar próspero tras la elección de Dublín como Capital Europea de la Cultura.
En la actualidad en Temple Bar se concentran visitantes de todo el mundo y existen multitud de locales comerciales variopintos, como el primer restaurante motero de Irlanda conocido como Thunder Road Café. Temple Bar está considerado, también, como uno de los barrios más atractivos de Dublín, con diferentes espacios culturales y con decenas de bares y pubs típicos. ¡Cuidado! Al ser la zona más turística es donde más nos van a cobrar por una cerveza.
En la calle principar de Temple Bar encontraran el famoso bar que lleva por nombre Temple Bar. Desde el año 2002 hasta el 2012 ha sido galardonado como el mejor bar de música irlandesa en directo. Todos los días del año hay grupos tocando y su visita es casi obligatoria. Temple Bar también es famoso por su plato de Ostras acompañadas con una pinta de Guinness. Y para los amantes del whiskey, el pub cuenta con más de 450 variedades!
En la calle Dame Street, al lado del Banco Central y pegado al barrio Temple Bar, se encuentra el Bar deportivo mas importante de Dublin, su nombre es Trinity Bar y con mas de 20 pantallas en sus tres pisos, se ha convertido en el centro de encuentro para todo tipo de nacionalidades y deportes. Con música en vivo todos los días y una gran variedad en su carta, recomendamos darle un vistazo a este bar, para vivir la verdadera experiencia irlandesa.
Por un lado, para los amantes de los monumentos y las iglesias, no se pueden perder la Catedral de Christ Church o la Catedral de St. Patricks. La primera se encuentra a 2 minutos del City Hall (al final de Dame Street) y la segunda a 10 minutos. La Catedral de St. Patrick’s fue construida en honor al patrón de Irlanda: St. Patricio en el año 1191 y elevada a Catedral en el año 1224. El edificio actual data del 1220 y es una de las atracciones turísticas más populares de Dublin. El precio de la entrada es de €6 por persona. Dublin tiene muchísimos sitios de interés turístico pero según sus gustos y preferencias se van a decantar por unos o por otros, así que a continuación es voy a dar algunas de las opciones:
La Catedral de Christ Church es más antigua que la anterior. Según los manuscritos encontrados, ésta fue construida en el año 1030 cuando los vikingos se establecieron en Dublin. En 1172 comenzó la construcción de la actual iglesia y no fue terminada hasta el siglo XIII. Posteriormente, entre 1871 y 1878 la catedral fue restaurada en su práctica totalidad y aunque se intentó conservar al máximo su aspecto medieval, acabó siendo de estilo neogótico.
A destacar en el interior de la catedral: una enorme cripta del siglo XII o la capilla de St. Laurence O’Toole. El precio de la entrada es de €6 por persona. A destacar en su exterior: el puente que comunica la catedral con Synod Hall, la otra parte del edificio donde actualmente se alberga el museo medieval y vikingo Dublinia. También las campanas, famosas por ser ni más ni menos que 19!
Por otro lado, para los amantes de la naturaleza y la tranquilidad, sin duda una visita a Phoenix Park les encantará! Unas 707 hectáreas de zona verde en plena área urbana hacen que este parque sea el más grande de Europa dentro de una ciudad. Incluye lagos, jardines, una manada de ciervos, edificios públicos, una tumba prehistórica, un monumento al vencedor de Napoleón, el Zoo de Dublín, además de docenas de instalaciones deportivas y kilómetros de caminos y senderos, la residencia del presidente de Irlanda y los aposentos de líderes extranjeros. Si lo desean, en la entrada principal van a poder alquilar una bicicleta durante 3 horas por €5.
Finalmente, y no menos importante, tienen la opción de visitar la famosa fábrica de Guinness (Guinness Storehouse). En 1759, Arthur Guinness estampó la firma más conocida de Gran Bretaña e Irlanda en el contrato de arrendamiento de una destilería de cerveza de 4 acres; St. James’ Gates Brewery, por la que pagaría 45 libras anuales. Cuando sólo han transcurrido 250 años de los 9000 que durará el contrato, la cerveza a la que dio su nombre se ha convertido en uno de los símbolos del país; Guinness, la cerveza negra más famosa del mundo. Actualmente en la fábrica se producen unos 3 millones de pintas al día, algo más de la mitad de los 5 millones diarios que bebe el mundo. Aunque hace casi ya 100 años que no es la destilería más grande del mundo, es sin duda la más famosa debido a su especial relación con la ciudad y su país. Guinness Storehouse es un museo de siete plantas y cada una de ellas tiene una temática distinta, desde el arte de la fermentación hasta la fabricación de toneles, pasando por el transporte, la historia del creador y los ingredientes, y como no, la publicidad. La séptima y última planta es sin duda la mejor parte de la visita, el Gravity Bar, un bar a 46 metros del suelo que ofrece no solamente una consumición gratis con la entrada, sino que además ofrece poder disfrutar de las mejores vistas de la ciudad. Allí se sirve lo que los publicistas de la marca han descrito como la pinta perfecta. La entrada al museo (€16) está escondida en una estrecha calle del barrio de las Liberties, Market Street, a unos 15 minutos andando desde la catedral de Christ Church en dirección oeste, pero no es difícil llegar porque hay señales indicando el camino. Si el tiempo no acompaña se puede ir en autobús desde el centro o en LUAS (línea roja parada St. James’s).
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