Guinness Storehouse

Historia de la Guinness Storehouse

En 1759, Arthur Guinness estampó la firma más conocida de Gran Bretaña e Irlanda en el contrato de arrendamiento de una destilería de cerveza de 4 acres, St. James’ Gates Brewery, por la que pagaría 45 libras anuales. Cuando sólo han transcurrido 250 años de los 9000 que durará el contrato, la cerveza a la que dio su nombre se ha convertido en uno de los símbolos de su país, seguramente el más querido por sus ciudadanos; muy poca gente toca el arpa y sólo vacas y caballos comen tréboles, pero mucha gente bebe Guinness, la cerveza negra más famosa del mundo.

Hoy en día la fábrica ocupa 25 hectáreas de terreno y dentro de ella se crea toda la Guinness que se consume en Irlanda, Gran Bretaña y Norteamérica. Es tan grande que no tiene dirección postal.

En su apogeo, la destilería poseía un buen número de casas ocupadas por sus trabajadores en las calles adyacentes, producía su propia energía y tenía su propia línea de ferrocarril dentro de ella.

Produce unos 3 millones de pintas al día, algo más de la mitad de los 5 millones diarios que bebe el mundo. Aunque hace casi ya 100 años que no es la destilería más grande del mundo, es sin duda la más famosa debido a su especial relación con la ciudad y su país.

Es curioso porque St. James’ Gate se puede traducir como “la puerta de Santiago” y desde allí salían, y todavía salen, los peregrinos irlandeses con destino Compostela, y todavía se sellan las “credenciales del peregrino”, el documento usado para probar la validez de la peregrinación.

El edificio Guinness Storehouse

La Guinness Storehouse (casa almacén, en inglés) fue el primer edificio de las islas que usó una estructura de acero, y mantenerlo en desuso era un desperdicio. Es el sitio dónde hoy en día se encuentra el famoso museo de Guinness Storehouse. Siete plantas que contienen todo lo que es posible albergar sobre Guinness en el mundo, coronadas con el bar más alto de Dublín arriba del todo.

La entrada está escondida en una estrecha calle del barrio de las Liberties, Market Street, a unos 10 ó 15 minutos andando desde la catedral de Christchurch en dirección oeste, pero no es difícil llegar porque hay señales indicando el camino. La mejor forma de llegar es caminando pero si el tiempo no acompaña se puede ir en autobús desde el centro o en LUAS (línea roja parada St. James’s).

Cada una de las siete plantas que componen la exhibición tiene una temática distinta, desde el arte de la fermentación hasta la fabricación de toneles, pasando por el transporte, la historia del creador y los ingredientes, y como no, la publicidad. La séptima y última planta es sin duda la mejor parte de la visita, el Gravity Bar, un bar a 46 metros del suelo que ofrece no solamente una consumición gratis con la entrada, sino que además tiene sin duda las mejores vistas de la ciudad. Allí se sirve lo que los publicistas de la marca han descrito como la pinta perfecta.

Horario de apertura a la Guinness Storehouse
De lunes a domingo de 9:30 a 17:00 (hora límite de entrada a las 17:00).

En julio y agosto el horario de apertura se amplía hasta las 19:00.

Las entradas se pueden sacar online en la página web  www.guinness-storehouse.com

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